Alrededor de siete millones de personas se congregaron el último sábado en más de 2.700 ciudades y pueblos de Estados Unidos para la segunda ronda de manifestaciones “No Kings” , en rechazo a lo que consideran una agenda “autoritaria” del presidente Donald Trump.

El lema —“No queremos reyes”— alude al principio fundacional del país y expresa el rechazo a cualquier forma de poder concentrado o dinástico. Según los organizadores, el mandatario estaría conduciendo a la nación hacia un régimen cada vez más militarizado y restrictivo.

Las redadas masivas del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) y el despliegue de militares en estados gobernados por demócratas han avivado la indignación social.

El malestar también se enmarca en un contexto de cier

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