Algunos datos socioeconómicos que se conocieron en las últimas semanas volvieron a evidenciar que el país está atravesando una situación de emergencia que no es apreciada en su real magnitud por las autoridades, y que debería ser enfrentada con políticas activas, para evitar que el cuadro actual se agrave.

Medios nacionales indicaron que la depresión económica ya se expresa en el piso de las plantas de diferentes sectores industriales del país. En este sentido, se alertó que la industria PyME opera al 58,2% de su capacidad: de cada diez máquinas, cuatro están apagadas; y cada máquina apagada es un sueldo menos. En 18 meses se destruyeron 272.880 empleos formales.

En paralelo, el consumo, que es el “motor” de la “Argentina profunda”, se hunde un 9% interanual; el canal mayorista acumula 2

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