Mejor provocar la tormenta y que esta pase cuanto antes que seguir esperando viendo las nubes tan cargadas. Es lo que han debido pensar desde Buckingham Palace para su último movimiento, con Carlos III de Inglaterra prácticamente obligando a su hermano menor, el príncipe Andrés, a renunciar a todos sus títulos —exceptuando el de príncipe, dado que es lo obtuvo de nacimiento por ser hijo de la reina Isabel II— para que sus continuadas controversias y polémicas dejen de socavar la confianza de la ciudadanía en la monarquía.

Porque el príncipe Andrés y su exesposa, Sarah Ferguson, llevan unos meses encadenando titulares que vuelven a relacionarlos con el magnate y depredador sexual Jeffrey Epstein, además de que en el caso de Andrés hay que sumar sus negocios con un espía chino. Por eso su n

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