Dicen de Sanae Takaichi que solía llevar cuatro pares de baquetas porque las rompía a menudo con su brío golpeando los platos en su banda universitaria, que cumplidos los 64 años sigue escuchando a Iron Maiden y aligerando su estrés con la batería eléctrica en casa. También recorría el país con su moto de gran cilindrada , practica el buceo y será la primera mujer en ocupar la cúspide del poder japonés . Sus trazos biográficos dibujan a una revolucionaria en la esclerotizada política nacional, pero Takaichi es la más conservadora del partido conservador que ha ocupado el poder casi sin pausa desde la posguerra. Sin riesgo de caer en la originalidad admira a Margaret Thatcher y pretende erigirse en la Dama de Hierro japonesa.
Takaichi, investida este martes por la Cámara B