La Ley 2494 de 2025, conocida como la “ley mordaza de encuestas”, no solo es un exabrupto legislativo mal concebido y peor redactado; es, sobre todo, una afrenta directa contra la democracia. Es falso que antes no existiera regulación: durante más de dos décadas los estudios de opinión contaron con normas claras, fichas técnicas obligatorias, registros ante el Consejo Nacional Electoral y parámetros mínimos de publicación.

Sin embargo, a pocos días de la primera consulta presidencial, Colombia avanza hacia una elección sin brújula. La Comisión Técnica de Encuestas, que debía estar conformada desde el 25 de septiembre según lo establecido por la propia ley, sigue siendo un misterio. No se conocen los postulados, no se han nombrado los miembros, y por ende, no existe reglamento. Tampo

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