La semilla de los concursos de belleza estaba esparcida, por aquí y por allá. Reinas de productos agrícolas, de festividades culturales, de carnavales, de celebraciones religiosas o de actividades deportivas resultaban un gran atractivo. Sin embargo, los certámenes recibieron un gran impulso durante la Segunda Guerra Mundial.

Las chicas coronadas aumentaron su exposición pública, con el objetivo de apoyar a las tropas, de manera que, al concluir el episodio bélico, hubo quienes decidieron tomarse el asunto más en serio, encaminándolo hacia la promoción turística. Así nacieron el Miss Mundo en 1951 y el Miss Universo en 1952.

En ese momento, el nombre de Venezuela apenas era relacionado con el petróleo, hasta que una jovencita de 19 años cambió la historia e inició una saga que transformó

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