CDMX.- Desde hace tres años, la Asociación de Citricultores del Valle de Apatzingán encabeza una cruzada contra las extorsiones que azotan al sector agrícola de Michoacán . La lucha, que comenzó como un reclamo por el cobro de piso, se ha convertido en un campo de batalla donde productores y criminales disputan algo más que dinero: el control de la esperanza en el campo mexicano.
En julio de 2023, el comercio del limón se paralizó por primera vez en Apatzingán y Buenavista. Los criminales exigían entonces un peso por kilo, 50 centavos por kilo cortado y otros 50 por kilo comercializado. Durante un mes los árboles quedaron sin cosecha y las empacadoras en silencio, hasta que las autoridades federales prometieron detener la violencia . Pero la calma fue momentánea.
Un año después, la c