La Seguridad Social ha planteado las nuevas cuotas basándose en un sistema para que los autónomos coticen por sus ganancias en 2032 que aprobó una amplia mayoría de la Cámara Baja en 2022, pero que dejó abierta la cuantificación de las mismas a partir de 2025
Estas son las nuevas cuotas de los autónomos que propone la Seguridad Social en 2026
El Gobierno ha propuesto a los agentes sociales que en 2026 las cuotas de los autónomos se sitúen entre 200 euros y 605 euros mensuales en función de las distintas categorías de ingresos. La ministra de la Seguridad Social, Elma Saiz, planteó estas cuantías el lunes después de verse obligada a rectificar su planteamiento inicial –que proponía cuotas de entre los 217 y 796 euros al mes– al recibir un aluvión de críticas tanto de los colectivos profesionales de los autónomos, los principales sindicatos y partidos de izquierda y derecha. El Ejecutivo, no obstante, se basó para su cálculo inicial en el desarrollo del sistema que se estableció en 2022 a través de un real decreto que fue ampliamente avalado por el Congreso de los Diputados con 260 síes, algunos de ellos de partidos como el PP, que ahora se han lanzado a criticar con dureza la actualización de las cuotas por parte de la Seguridad Social.
Ese texto salió de un acuerdo alcanzado bajo el mandato de José Luis Escrivá para que los autónomos cotizaran por fin por sus ganancias, con un periodo de transición de diez años, hasta 2032. Además del voto a favor del PSOE, ese documento recibió el apoyo tanto de Unidas Podemos –algunos de cuyos miembros son ahora de Sumar– como de PP, PNV, y otras fuerzas nacionalistas. Solo se opusieron Vox, Ciudadanos, UPN y Foro. Y EH Bildu así como ERC se abstuvieron. En el debate que se produjo entonces en el Congreso, los grupos que respaldaron la convalidación del real decreto destacaron que el texto había sido consensuado con los agentes sociales y compartieron el objetivo de la norma impulsada entonces por José Luis Escrivá, entonces ministro de la Seguridad Social y ahora gobernador del Banco de España: intentar acercar las cotizaciones a los ingresos reales de los autónomos y equipararlas a las del resto de los trabajadores.
Muchos de los grupos aprovecharon su intervención en el Pleno para advertir, sin embargo, de que el decreto sí establecía un sistema de cálculo, pero únicamente concretaba las tablas de ingresos y cotizaciones para tres años, es decir, hasta finales de 2025. Vaticinaban así el debate que se está produciendo en los últimos días cuando el Gobierno ha tratado de especificar las formas de cálculo y las cuotas para los próximos años. El propio texto de 2022 señalaba que “antes del 1 de enero de 2026, el Gobierno (...) determinará el calendario de aplicación del nuevo sistema de cotización por ingresos reales, el cual contemplará el despliegue de la escala de tramos de ingresos y bases de cotización a lo largo del siguiente período, con un máximo de seis años”.
El mismo PP que ahora habla de “sablazo fiscal” por el incremento de las cuotas o que acusa al Gobierno de querer utilizar a los autónomos “para pagar chistorras” o “prostitutas” respaldaba hace tres años sin ambages el acuerdo en el que se basa ahora el Ejecutivo y que estableció por ley que “las bases medias de cotización del Régimen Especial de la Seguridad Social de los Trabajadores por Cuenta Propia o Autónomos experimentarán un crecimiento al menos similar al de las medias del Régimen General” de forma anual.
El PP dijo que era su exigencia y Unidas Podemos lo definió como “un gran paso”
“El Partido Popular vota sí porque fue una exigencia nuestra en la negociación del Pacto de Toledo, vota sí porque lo ha acordado el diálogo social, vota sí porque hemos conseguido que se tramite como proyecto de ley para seguir mejorando este proyecto y vota sí porque hemos conseguido una vez más que el Gobierno rectifique”, aseguró durante aquel Pleno del 25 de agosto de 2022 el diputado del PP Tomás Cabezón, que además de defender el real decreto que tres años después trata de desarrollar el actual Ejecutivo se atribuía el haber conseguido que el Gobierno de entonces hubiera rebajado las cotizaciones planteadas inicialmente.
El texto también fue asumido por la izquierda. “Me alegra enormemente esta modificación del régimen especial de autónomos. Creo que es un gran paso el que da este Gobierno al modificarlo, al hacer un régimen más justo y con más garantías y hay que seguir avanzando, porque hoy hemos demostrado que este Gobierno cree en los autónomos, se lo toma en serio y ha venido a garantizar sus derechos”, aseguró, por su parte, la diputada de Unidas Podemos Isabel Franco. “Constatamos y aplaudimos que hay un cambio de cotizaciones. Veremos si ocurre en el sistema”, añadió, además, con matices, el diputado de ERC Joan Capdevila, cuyo partido facilitó la convalidación del decreto también con su abstención.
Los intervinientes, no obstante, ya advirtieron de que ahora, a finales de 2025, podía producirse una nueva discusión entre administraciones y organizaciones profesionales y sindicatos al tener que establecer las nuevas cuotas y tramos una vez pasados los tres años que quedaron específicamente regulados en el decreto. “Su reforma es a largo plazo, pero no recoge más que las medidas de la primera fase”, advertía el diputado del PP. “¿Qué tiene pensado para la segunda fase, señor ministro?”, le preguntaba Cabezón directamente al entonces ministro Escrivá. “¿Qué va a pasar si a partir de 2026 no hay acuerdo? Esto es algo de lo que tendremos que hablar”, reconocía.
Oskar Matute, de EH Bildu, formación que se abstuvo, también reprochó al Gobierno que en el decreto de 2022 quedaban “elementos postergados para el futuro” y mencionaba, en concreto, 2025, la fecha en la que deben decidirse las nuevas cuotas. Desde el PNV, Iñigo Barandiaran, que anunció el apoyo de su grupo a la convalidación del decreto, aseguró que la que se estaba debatiendo era “una buena ley” entre otras razones “porque es producto del acuerdo social y del acuerdo con autónomos”. “Pero ojo con su desarrollo futuro, que debe ser equitativo. Recuerde [le dijo al ministro] que el futuro del sistema reside en sus ingresos, pero también es la garantía de los principios de solidaridadd y contributividad y, por lo tanto, en el nexo que ello debe tener con su tratamiento fiscal”, añadió.
Consenso y diálogo social
En su intervención, Escrivá defendió la reforma, pero no se refirió a lo que podría ocurrir en 2025, cuando el Gobierno debía aprobar las nuevas cotizaciones como lleva proponiendo en los últimos días. “Se trata de una reforma estructural que hace más justo, flexible y equitativo el sistema de cotización de los trabajadores por cuenta propia y que moderniza y mejora la acción protectora de la Seguridad Social hacia este colectivo”, apuntó, para apostillar: “El cambio de este modelo hace que las prestaciones se alineen con el esfuerzo contributivo y hace más equiparable el modelo de protección de los trabajadores por cuenta ajena a los del régimen general”.
Sin mencionar el desarrollo futuro, el ministro consideró que la reforma implicaba “mejoras visibles e inmediatas a los trabajadores autónomos, pero sobre todo supondrá un antes y un después en su relación con la Seguridad Social. Es un punto de inflexión que permitirá no solo mejorar la acción protectora sobre este colectivo de trabajadores, sino que también lo hará porque aumentará la equidad del sistema, su flexibilidad y su sostenibilidad. Y sobre todo es una reforma que da estabilidad, que está asentada en el consenso y en el diálogo, (...) y en el acuerdo con los interlocutores sociales y los representantes de los trabajadores autónomos”. Tres años después el Gobierno trata de recuperar ese consenso tras el primer golpe que supuso esta semana que Seguridad Social tuviera que rectificar su primera propuesta.