Nacidas en los gimnasios y los foros de culturismo, las proteínas en polvo dieron el salto al gran público y hoy son un negocio millonario. La fiebre proteica ha colonizado estanterías y redes sociales: desde cereales y pastas hasta bebidas energéticas, todo promete "más fuerza en cada sorbo". Pero detrás de esta obsesión podría esconderse un secreto incómodo.

Una exhaustiva investigación de Consumer Reports, p ublicada el 14 de octubre reveló que muchos de estos productos están contaminados con metales pesados tóxicos. El análisis evaluó 23 batidos y polvos proteicos muy populares en Estados Unidos, y la mayoría mostró trazas de plomo por encima de lo recomendable: en más de dos tercios, una sola porción superaba el nivel considerado seguro para el consumo diario. En alg

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