Había resistido muy bien el Atlético durante casi una hora e incluso gozado de un par de grandes ocasiones por obra de Julián Álvarez, su único jugador de otra dimensión, pero el Arsenal impuso su ley con cuatro dianas en apenas trece minutos que evidenciaron las enormes diferencias entre un equipo y otro. Demasiado castigo quizá para lo visto en el campo, pero la realidad la marcan la contundencia, los goles y el manejo de los momentos clave de los partidos.
Todo el mundo sabe que este Arsenal construido Mikel Arteta no es ese equipo histórico de Arsène Wenger, que lo hacía muy bonito pero era vulnerable, y el Atlético lo sufrió en sus carnes. Es indiscutible que a balón parado ewstos 'gunners' son una trituradora, y los madrileños también fueron destrozados en la estrategia. Y es una re