China desplazó a Brasil como principal socio comercial de la Argentina en septiembre, a partir de ventas de soja por encima de lo normal , impulsadas por la decisión de llevar a cero las retenciones al poroto de soja, y de un alza de las importaciones desde ese país. Lo paradójico es que en medio del abrazo a Trump, China ganó terreno.

Los embarques al gigante asiático se triplicaron en septiembre, empujados por la oleaginosa. La exportación de soja se explica por la guerra arancelaria entre Estados Unidos y China, que colocó a la oleaginosa argentina en mejores condiciones, ayudada por el incentivo de la eliminación temporal de retenciones.

En tanto, el aumento de las importaciones fue favorecido por una decisión de las empresas de adelantar compras ante un posible cambio de régimen

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