
Lluís De la Càmara, ganadero de la localidad de Agullana, tiene marcado el día 7 de noviembre en el calendario. Su modesta explotación de 35 vacas se encuentra dentro de la zona de restricción por contagios de Dermatosis Nodular Contagiosa (DNC), la enfermedad vírica que ha obligado a sacrificar más de 2.000 reses en la provincia de Girona. Los animales de Lluís están vacunados desde el pasado viernes, explica, pero hasta dentro de dos semanas no se da la inmunidad por desarrollada. Si alguno enferma antes, y si no se actualizan los protocolos, deberá matarlos a todos.
En apenas quince días desde que se confirmó el primer contagio de Dermatosis Nodular en España, este virus ha golpeado ya en al menos 17 granjas de la zona de Girona. Esto ha llevado a la Generalitat no solo a sacrificar sin excepción a los animales de todas esas explotaciones, sino a trazar dos perímetros de 50 kilómetros a su alrededor (uno con el epicentro en la comarca del Alt Empordà y el otro en Cassà de la Selva) para acotar la lucha contra el virus.
Dentro de esas zonas, que engloban a 153.000 vacas y terneros, el movimiento de estos animales está prohibido –salvo excepciones como ir al matadero–, la leche sale de las granjas en cisternas precintadas y los responsables de las granjas extreman medidas de seguridad y desinsectación para evitar que les alcance el virus. “Estamos preocupados, tenemos miedo, nerviosismo… No sabemos a qué atenernos”, resume De la Càmara. A sus 41 años, si le obligan a sacrificar sus 35 vacas de carne puede que lo deje. “El daño patrimonial sería demasiado bestia”.
Aunque los contagios están solo en Girona, el temor a la Dermatosis Nodular es ya patente entre los ganaderos de toda España. Se han suspendido ferias de ganado en Cantabria , y en comunidades autónomas como Galicia y Asturias crecen las exigencias para adoptar medidas preventivas. Su mirada está puesta no solo en Catalunya, sino también en Italia y sobre todo en Francia, donde comenzaron los primeros brotes en junio de 2025 y los casos se cuentan ya por decenas. De hecho, la principal hipótesis es que el virus habría entrado por la frontera francesa con Girona.
Con presencia desde hace años en el sur de África, la Dermatosis Nodular Contagiosa es una enfermedad que solo afecta a bóvidos. Ni a humanos ni a otros animales. Su mortalidad es baja, de entre el 5% y el 10%, pero sus síntomas, como la fiebre, la secreción ocular o el descenso de producción de leche, hacen que las pérdidas económicas sean importantes.
“La transmisión directa entre animales puede ser lenta, pero los insectos que pican y captan el virus son los que facilitan el contagio”, afirma Enric Vidal, experto en sanidad animal del Instituto de Investigación en Tecnología y Agroalimentaria (IRTA-CReSA) y miembro del Comité Científico en DNC creado en Catalunya para asesorar a la Generalitat. Combatir los mosquitos, las moscas, las garrapatas y los tábanos es uno de los dolores de cabeza de la mayoría de ganaderos de Girona.
Vidal detalla que la actuación contra la DNC está condicionada por la normativa europea, con sus protocolos adaptados en España, y que obliga a erradicar la enfermedad una vez se detecta un caso. Esto hace que la primera reacción sea lo que llaman el temido “vaciado sanitario”, que significa matar todas las reses de la granja donde hay un contagio. “Es una medida que vale mucho dinero, porque hay que indemnizar al afectado, y que moralmente es muy dura para el ganadero, porque es su forma de vida, y hay que explicarlo bien”, señala Vidal.
Al ser una enfermedad nueva, no está cubierta por los seguros, lamentan desde el sindicato Unió de Pagesos. Para compensar las pérdidas, la Generalitat ha reservado ya 4 millones en ayudas a afectados.
En paralelo a detección y actuación en los brotes, lo que establecen los protocolos es la creación de un doble perímetro en torno al foco (de 20 y 50 kilómetros, respectivamente) con distintas medidas restrictivas, aunque sin prohibición de comercializar la leche y la carne. En esa área empieza entonces a vacunar a todos los animales, con prioridad de vacas de leche y carne por encima de los terneros.
Quejas antes de la vacunación
El operativo de lucha contra la DNC ha sido duramente criticado por los ganaderos de la zona, que acusan a la Generalitat de pasividad y falta de prevención ante un virus que ya se encontraba en el país vecino desde hacía meses. “El sistema ha fallado de arriba abajo, les avisábamos desde junio que el virus estaba en Francia y que había que tomar medidas, pero no nos decían nada”, les reprochaba este martes Marc Xifra, ganadero de Riudellots (Girona) y responsable del sector de Vacuno de Leche del sindicato agrario Unió de Pagesos.
La normativa europea no contempla de entrada que se puedan adquirir y administrar vacunas de forma preventiva si no hay brotes. Y los expertos del comité científico consultado lo desaconsejan. “Cuando estaba en Francia, se encontraba a unos 500-600 km de la frontera; no es razonable preparar de manera tan preventiva un programa de vacunación para una enfermedad que no está en tu territorio”, señala Mariano Domingo, catedrático de sanidad animal de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB).
Unió de Pagesos argumenta con todo que la normativa prevé la vacunación preventiva en casos justificados y con autorización de la UE. Y critican que la Administración catalana no se lo planteara.
Las voces de los pequeños ganaderos son en general críticas. Imma Puigcorbé, propietaria de 30 vacas de carne en la comarca de la Garrotxa (y dentro del perímetro de restricción), coincide en que avisaban desde junio a las autoridades. “Advertimos que si se importaban animales desde Francia había que analizarlos, desinsectar, supervisar en la frontera, pero no se ha hecho nada”, lamenta.
Además de ganadera por cuenta propia, Puigcorbé es veterinaria, y si normalmente dedica un 50% de su jornada a cada profesión, estos días está entregada a la segunda. Concretamente, a poner vacunas. Forma parte de los 60 equipos de veterinarios dedicados a esta tarea, fines de semana incluidos, a medida que llegan los viales. En un día, puede vacunar 1.000 animales. “Este martes tenía unos controles con ecografías, pero como nos han dicho que han llegado vacunas, me he puesto a vacunar”, dice.
Avanzar rápido en la inmunización es fundamental para evitar los sacrificios. La normativa establece que una vez se alcanza el 75% de animales vacunados y el 90% de las granjas de un perímetro, se puede plantear dejar de sacrificar a toda una cabaña para hacerlo solo con los animales infectados. Para ello, hay que pedir autorización al ministerio. Según la Generalitat, este martes a las 13:00 horas el porcentaje de reses vacunadas en el perímetro del Alt Empordà era el 70% (del de Cassà no lo han dicho).
A diferencia de algunos ganaderos, Ricard Godia, presidente de la patronal de vacuno de carne ASOPROVAC, no juzga negativamente la respuesta de la administración. “Todo se puede mejorar, se podía tener previsión de tener vacunas al alcance, pero llegado el momento la reacción ha sido de bastante rapidez”, señala Godia.
El capítulo que se abre ahora es el de decidir si ampliar las vacunaciones más allá del radio que rodea el Alt Empordà y el brote de Cassà de la Selva. Unió de Pagesos piden una vacunación preventiva en toda Catalunya. Puigcorbé, por su parte, defiende que cuando menos debería ampliarse a 100 kilómetros, visto que el virus ya se ha expandido por la provincia y que ese es el radio que utilizan en Francia. Desde el Departamento de Agricultura, por su parte, confirman que ya han pedido al ministerio que les permita llevar a cabo vacunaciones preventivas en Catalunya más allá de las zonas de restricción.
Si deberían llevarse más allá de Catalunya, Godia por ejemplo pide no precipitarse y evitar el “pánico”. “Si escala mucho, quizás es positivo hacer un parón de una semana o dos [de comercialización de animales], pero si lo haces antes debes tener en cuenta que estás matando al sector por adelantado”, arguye.
Adiós a años de trabajo
“Un vaciado sanitario es devastador”, resume Xifra. Aunque las granjas afectadas no se han dado a conocer por cuestiones de protección de datos, muchos están en contacto entre ellos y entienden lo que puede suponer quedarse sin cabaña de la noche a la mañana. Al margen de los terneros para engordar, las vacas de leche y de carne son animales cuya producción óptima tarda años en alcanzarse.
“En muchos casos quienes llevan las explotaciones son ganaderos de 55 o 60 años, y son gente que no seguirá si deben sacrificar el ganado”, advierte. Comprar vacas de leche es complicado, aduce Xifra –“en Europa no quedan, y no se pueden traer así como así”, afirma–, y se tardan siete u ocho años en conseguir una producción rentable. Además, añade que la genética de estos animales se consigue con unos 15 años.