Detrás de la milanesa —ese ícono argentino por excelencia— hay toda una ciencia. Puede parecer simple, pero lograr un rebozado crocante, sabroso y bien adherido requiere más técnica de la que se imagina. En las cocinas profesionales, el secreto está en los detalles: la mezcla de texturas, los tiempos y la elección de ingredientes.
El objetivo es claro: una cubierta que haga crunch al morder , pero que mantenga la carne jugosa por dentro. Y para eso, hay que seguir una secuencia precisa y cuidada.
1-El doble paso: huevo, pan y paciencia
El clásico “pasar por huevo y pan rallado” funciona, pero los chefs recomiendan un paso más: harina, huevo y pan.
Primero se pasa la milanesa por harina común, que absorbe la humedad y crea una base seca para que el huevo se adhiera mejor.
Des

Revista GENTE Lifestyle

Raw Story
AlterNet
SpoilerTV
Courier Post Sports
WTOP
The Cut