A solo cuatro horas de la Ciudad de Buenos Aires existe un lugar donde el tiempo parece fluir distinto. Entre el murmullo del mar y el perfume de los pinos, Mar Azul se levanta como una de las joyas más serenas de la Costa Atlántica. Sin el ruido de las grandes ciudades ni las multitudes de los balnearios más populares, este rincón bonaerense invita a reencontrarse con lo simple: caminar descalzo, leer frente a las olas o escuchar el viento moverse entre los árboles.

Ubicado a apenas 10 kilómetros de Villa Gesell , Mar Azul combina tres escenarios perfectos: mar, médanos y bosque . Sus calles de arena, sus casas bajas y su ritmo pausado lo convierten en un refugio ideal para quienes buscan unas vacaciones sin estrés. Las cabañas de madera, las galerías con parrilla y los senderos qu

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