Aunque elogió la labor de la primera dama Melania Trump para devolver a los niños ucranianos que estaban en cautiverio ruso, el presidente Donald Trump pareció restar importancia la semana pasada a las estimaciones del número de niños supuestamente secuestrados desde que comenzó la guerra.
Sentado al otro lado de la mesa en la Sala del Gabinete de la Casa Blanca, el presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky, no intentó corregir a su homólogo ni respondió a la pregunta de un periodista sobre si apreciaba los esfuerzos de la primera dama estadounidense. En cambio, se giró, ladeó la cabeza y asintió en silencio.
El momento puso de relieve la profunda sensibilidad en torno a un tema complejo que la primera dama ha buscado resolver mediante la comunicación directa con el presidente de Rusia,