“Un hombre no se debe dejar pisotear por nadie en esta vida”

Mario Vargas Llosa, El héroe discreto

Es fácil caer en la desesperanza cuando leemos las páginas políticas de los periódicos. Nuestro país parece lleno de personajes no solo corruptos sino cínicos que hablan de justicia social mientras se enriquecen. Sin embargo, la enorme mayoría de los mexicanos se comportan con dignidad personal y solidaridad. Por eso duele saber de la tortura y asesinato de Bernardo Bravo Manríquez, presidente de la Asociación de Citricultores del Valle de Apatzingán, cuyo cuerpo fue encontrado la mañana del 20 de octubre en el camino Apatzingán-Tepetates.

Bravo Manríquez fue un valiente defensor de los productores de limón de Apatzingán y de otros lugares de Michoacán. Criticó públicamente las extorsiones

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