Entre coronas de flores, veladoras y lamentos, familiares y amigos despidieron en Morelia a Bernardo Bravo Manríquez , presidente de la Asociación de Citricultores del Valle de Apatzingán, asesinado el pasado 19 de octubre en una carretera de Tierra Caliente.

Su muerte, confirmada por la Fiscalía General del Estado, exhibió la permanencia de la violencia y las extorsiones que azotan al sector agrícola en Michoacán.

El funeral se realizó en una capilla privada de la capital michoacana, donde decenas de personas acudieron a rendirle homenaje.

Foto: Cuartoscuro

Durante el funeral, su esposa, la magistrada Amelí Gissel Navarro Lepe, presidenta del Tribunal Electoral del Estado, tomó la palabra para recordarlo como “un defensor de muchos derechos, de cosas ilegítimas e injustas, u

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