Por Ruth Espinosa, Decana de la Facultad de Educación y Ciencias Sociales UNAB.

A través de un reciente informe de la OCDE que fue ampliamente comentado en los medios de prensa chilenos, nos enteramos de que en nuestro país el 35% de la desigualdad relativa de oportunidades se explica por factores que no dependen de la voluntad de los individuos, como el género, nivel socioeconómico y, sorprendentemente, el lugar en que crecieron sus padres. Sí, las oportunidades de miles de niños en nuestro país dependen del puro azar. No es mucho pedir, entonces, que una de las principales preocupaciones del Estado sea fortalecer precisamente aquel único factor que tiene el potencial de hacer la diferencia a la hora de corregir la desigualdad generada por factores arbitrarios que actúan como barreras pa

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