En los gimnasios, en las redes sociales y hasta en las charlas de vestuario, hay una obsesión que nunca pasa de moda: lograr un abdomen marcado . Es el símbolo máximo del esfuerzo físico, el santo grial del fitness moderno. Pero detrás de los videos motivacionales y las rutinas interminables de abdominales hay una verdad menos romántica: hacer cientos de repeticiones no garantiza resultados visibles .

La ciencia del entrenamiento hace tiempo lo dejó claro: marcar el abdomen requiere mucho más que voluntad y ejercicios localizados. Los especialistas coinciden en que no hace falta pasar horas en el gimnasio; bastan diez minutos bien planificados, con ejercicios que trabajen el core de forma funcional y se combinen con una alimentación equilibrada.

El error más común, advierten los en

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