En la madrugada tapatía, entre el bullicio contenido de los fanáticos y el resplandor tenue de la Cineteca FICG , se vivió el regreso de Guillermo del Toro al cine con Frankenstein . El director eligió a su ciudad natal como una de las sedes para proyectar por primera vez su reinterpretación del clásico de Mary Shelley, en una función especial antes de su estreno global en Netflix.

Desde las 10:30 de la noche comenzaron a llegar los primeros espectadores. Algunos buscaban un buen lugar, otros se detenían frente a los murales y carteles que decoran el recinto, donde el nombre de Del Toro aparece como parte de la identidad del espacio. No era una función más: en los pasillos se respiraba el vínculo entre el cineasta y Guadalajara, un lazo que se ha mantenido incluso con su ca

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