Tres nuevos vecinos con acento norteamericano contemplan el atardecer en la ría desde un piso de la calle Pi y Margall de Vigo . Antes de comprar esa vivienda, Claudio Enríquez –nacido en Argentina, pero residente desde los tres años en Estados Unidos–, probó vivir en la ciudad gracias a un alquiler en la calle Camelias.
Era de otros norteamericanos que lo habían comprado, pero aún no fijado su residencia en la ciudad. Este profesor de primaria jubilado , llegó desde el sur de California, a nuestra «Galifornia» . Tras retirarse en junio de 2024, decidió buscar un nuevo lugar donde establecerse con sus dos hijos, Nathan y Matthew, de 21 y 18 años . Ya viven aquí.
«En EE. UU. tienes que ser millonario para tener un piso o casa con vista al mar, las montañas o la ciudad », comenta