Me atrevo a asegurar que, para un número creciente de mujeres en México, el 17 de octubre resulta solamente una fecha conmemorativa, reducida, al referirnos a ella, como “el día que se nos otorgó el derecho a votar”. Por ello resulta necesario que nos convirtamos en comunicadoras y promotoras de la participación femenina, no sólo para estos actos “protocolarios”, sino para todas las distintas etapas de vida de la Nación, representadas en todas las resistencias y batallas en las que han dejado la vida muchísimas mujeres, que han sido y son soslayadas por la historiografía oficial, que ha traído como consecuencia, el que ahora hablemos de derechos específicos de género y aspiremos a conformar una Nación incluyente, justa y verdaderamente democrática.
La historia nos remite apenas a princip