Durante muchos años, la jubilación fue sinónimo de tranquilidad y recompensa tras una vida de trabajo. Hoy, en cambio, esa sensación empieza a diluirse. Cada vez más pensionistas observan con preocupación un modelo que da señales de agotamiento y del que dependen millones de personas.

Antonio López, profesor de matemáticas jubilado y de 71 años, forma parte de esa generación que trabajó y cotizó toda su vida confiando en un sistema sólido. Aunque recibe una pensión de unos 2.500 euros al mes, observa el futuro con inquietud. "Cobro una buena pensión, pero pienso que en unos años no habrá dinero si no cambian algunas cosa s", señala en RAC1 .

"Los jóvenes cobran poco, trabajan muchas horas y, si quieren comprar una vivienda, es casi imposible . Nosotros ya tenemos todo eso resuelt

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