Los primeros en llegar fueron los agentes de la policía local, seguidos de cerca por el equipo de emergencias. Bajo el peso de las ruedas y el hierro, encontraron a una mujer con heridas graves : una herida profunda en el rostro, el pie izquierdo fracturado, y múltiples fisuras en la columna vertebral. La transportaron en silencio al hospital más cercano, donde los médicos confirmaron que sobreviviría —pero no pudieron decir aún si recuperará la capacidad de caminar, o de recordar por qué había decidido estar en ese lugar, en ese momento.

Las cámaras de seguridad del cruce de 59ª y Glendale Avenues no captaron su llegada. Nadie la vio caminar hacia los rieles. Ni un testigo, ni una llamada, ni un mensaje. Solo el tren, el frío de la medianoche y el eco de las ruedas sobre el acero. La

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