En junio de 1967, tras la Guerra de los Seis Días, el Perú fijó una postura clara en la Asamblea General de las Naciones Unidas. Su representante, el excanciller Enrique García-Sayán —mi padre—, designado para el efecto por el entonces presidente Fernando Belaúnde, expuso una fórmula de paz basada en el derecho internacional y el equilibrio político. No sería mala idea revisar esa experiencia y considerar retomar algunos de los conceptos que en esa ocasión se plantearon.

La base: el derecho internacional

Basándose en el derecho internacional, el Perú fue uno de los primeros países en pedir el retiro de las fuerzas israelíes de los territorios recién ocupados, la creación de una zona desmilitarizada supervisada por la ONU, la atención urgente a los refugiados palestinos, el reconocimiento

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