Desde este mes de octubre, la Secretaría de Movilidad de Ciudad de México exige que ciertos operadores de transporte cuenten con nuevas licencias E12 y E13 . No se trata de un simple trámite más. Estas credenciales redefinen quién puede conducir vehículos de carga y qué tipo de mercancías pueden moverse dentro de la capital sin incumplir la ley. La medida ya está en vigor y tiene implicaciones directas para quienes transportan materiales especializados o peligrosos.
La historia detrás de esta decisión no surgió de la nada. El 10 de septiembre, una pipa que trasladaba gas LP explotó en Iztapalapa . El accidente dejó víctimas, daños y una enorme pregunta: ¿quién controla a los conductores que manejan unidades de alto riesgo? A partir de ese episodio, el gobierno capitalino endureció los lineamientos y publicó en la Gaceta Oficial la creación de las licencias E12 y E13 como respuesta urgente a la falta de regulación efectiva.
La licencia tipo E12 ahora se otorga exclusivamente a operadores de transporte especializado. Esto incluye vehículos de carga con características particulares que no entran en la categoría de servicio general. Cada conductor debe ser evaluado por la Semovi y demostrar que su unidad cumple los estándares técnicos exigidos. No bastará con tener una licencia tipo A, sino con acreditar experiencia comprobable en el manejo de unidades pesadas y conocimiento de las rutas autorizadas.
Por otro lado, la licencia E13 marca un precedente en seguridad vial . Está destinada a quienes transportan sustancias tóxicas, inflamables o peligrosas. Obtenerla implica más que pagar derechos. El conductor necesita contar con una licencia tipo A con tres años de antigüedad y aprobar cursos de capacitación avalados por la Semovi. También debe acreditar dominio en el manejo de materiales riesgosos y en protocolos de emergencia para evitar tragedias.

El costo varía según la vigencia, pero ronda los 1,619 pesos por dos años y 2,431 pesos por tres . Aunque pueda parecer un gasto elevado, representa una inversión frente a multas que superan los 60,000 pesos por incumplimiento. Las autoridades reforzarán la supervisión con operativos aleatorios y revisión documental. Además, se estableció un límite de velocidad de 30 kilómetros por hora para todas las unidades que transporten materiales peligrosos dentro de la ciudad.
Al parecer, el propósito de estas licencias no es burocrático. Dichos trámites buscarían reducir los accidentes graves y evitar que vehículos sin control circulen por avenidas donde una falla puede convertirse en desastre. En palabras simples, el gobierno quiere evitar otra explosión como la de Iztapalapa y garantizar que los operadores tengan las habilidades necesarias para enfrentar cualquier emergencia.

Por una movilidad urbana más responsable
La medida también refleja un cambio profundo en la forma en que la CDMX entiende la movilidad urbana . Ya no basta con mover mercancías. Ahora se exige responsabilidad, certificación y conciencia del impacto que cada vehículo puede tener en la seguridad pública. La capital se coloca así como una de las primeras entidades del país en exigir licencias especializadas para transporte de riesgo.
Al final, las licencias E12 y E13 representan una nueva era para la movilidad en Ciudad de México . Una en la que cada conductor de carga deberá asumir su papel con mayor responsabilidad y conocimiento técnico. Porque detrás de cada camión que circula, puede haber una historia de prevención o una tragedia que pudo evitarse.

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