Entre el pluriempleo, el endeudamiento y el mandato de “ser tu propio jefe”, la vida se vuelve una carrera contra el tiempo. Corremos para llegar a fin de mes, para pagar deudas o para endeudarnos un poco más. En la Argentina de Milei, la precariedad se instala como régimen de gobierno y también como forma de subjetividad: una que nos quita el sueño y deteriora los vínculos sociales. ¿Cuántos trabajos hacen falta para sostener la vida? ¿Cuánto vale nuestro tiempo libre?
“Ya desde hace un tiempo creo que lo que respondería a ‘qué hago en un día común’ es: sobrevivo”, dice Jazz Castelló, lesbiana transfeminista y madre en situación de pluriempleo. Sobrevivir no como metáfora, sino como descripción exacta del presente: una rutina hecha de cuentas que no cierran, deudas que se acumulan y

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