De acuerdo con el Manual de Oslo de la OCDE, la innovación no se limita a crear dispositivos o aplicaciones: incluye también cambios en servicios, procesos, modelos organizativos y sociales.

¿Por qué cuando pensamos en innovación imaginamos a un joven en Silicon Valley y no a una mujer de 65 años que emprende en Ciudad de México? La narrativa dominante nos ha hecho creer que la innovación es un territorio exclusivo de la juventud, sinónimo de velocidad, disrupción y novedad tecnológica.

Esa visión no resiste el paso del tiempo ni la realidad demográfica. Innovar no está en el acta de nacimiento, sino en la capacidad de imaginar soluciones nuevas y útiles para problemas y oportunidades de un mundo que envejece.

De acuerdo con el Manual de Oslo de la OCDE, la innovación no se limita a cre

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