Si te gusta disfrutar de la tranquilidad en medio de la naturaleza y eres un apasionado de la historia, el pueblo extremeño de Montánchez no te dejará indiferente. Dos de sus señas de identidad son su impresionante castañar y un imponente castillo medieval. Este enclave, que se levanta sobre un collado, se encuentra localizado al sur de la provincia de Cáceres y da nombre, además, a la Sierra de Montánchez : su máximo exponente es un pico que alcanza los 994 metros.
En este encantador pueblo podemos encontrar el frondoso bosque de El Castañar, que se extiende aproximadamente a lo largo de dos kilómetros. Se trata de una zona natural situada muy cerca del centro del pueblo, a unos 800 metros, lo que permite llegar fácilmente a pie o en coche. Es un lugar ideal para visitar en otoño, ya que durante esta estación se pueden recoger castañas y pasear sobre una alfombra de hojas secas y tonos entre dorados y marrones. Toda una experiencia sensorial. En el bosque encontramos, además, otras especies como alcornoques y robles centenarios.
Ruta del Castañar

Asimismo, podrás realizar una ruta que combina a la perfección flora y fauna. Se trata de un sendero de baja dificultad y apto para todos los públicos: la ruta del Castañar, conocida también como 'la ruta de los colores'. Aunque hay diseñadas otras seis rutas más a pie, y otras cinco en BTT (bicicleta todo terreno). Nuestra ruta comienza en la plaza de toros del pueblo, donde es posible estacionar el coche con comodidad. Desde ese punto de partida hay un cartel informativo que muestra las diferentes rutas que pueden seguirse para recorrer la zona, en nuestro caso seguiremos las balizas de color rojo.
A medida que ascendemos por el camino, y conforme ganamos altura, se puede observar a nuestra derecha el imponente castillo medieval de Montánchez, una joya arquitectónica. La ruta presenta un trazado circular, la primera parte es lineal hasta llegar a un punto donde el sendero se bifurca para realizar un recorrido circular y regresar al punto de inicio. En total, son unos tres kilómetros, que se completan en una hora aproximadamente.
El itinerario está perfectamente señalizado, aunque conviene permanecer atento para no desviarse. A lo largo del trayecto, atravesaremos varios campos dedicados al cultivo de uva, que marca el inicio de la zona más frondosa, hasta adentrarnos en el espeso bosque de castaños, que nos regala unas magníficas vistas otoñales, con las hojas de distintas tonalidades cubriendo el terreno y un paisaje teñido de tonos dorados, rojizos y anaranjados.
En el recorrido pueden observarse también una gran cantidad de helechos de distintos colores, y en esta época del año, un musgo verde intenso y una gran variedad de hongos que crecen en el suelo. Además, se atraviesan varias fincas privadas delimitadas por los muros de piedra a media altura, en las que se pueden ver caballos, cerdos, burros o gallinas que se asoman curiosos al paso de los visitantes. El Castañar es un espacio natural donde se puede disfrutar plenamente de la riqueza otoñal y de la flora y la fauna local.
Castillo de Montánchez

El recorrido para acceder al castillo es bastante sencillo. Una vez hayamos llegado al pueblo, basta con dirigirnos a la plaza mayor, desde allí tendremos que caminar unos 400 metros por un camino empedrado y ligeramente empinado. En el trayecto, pasaremos junto a la Iglesia y el cementerio de Montánchez. Calcula unos 15 minutos para la subida.
En cuanto a su historia, la construcción actual del castillo pertenece a la época de la Reconquista, aunque en sus muros pueden observarse los rastros de las distintas civilizaciones que lo habitaron a lo largo de los siglos. Sus orígenes se remontan a la etapa visigoda, cuando comenzó la primera construcción de la base donde hoy se asienta la fortaleza, con una altitud de unos mil metros sobre el nivel del mar.
A partir de esa estructura inicial y empleando los materiales propios de la época, el pueblo árabe levantó nuevas construcciones durante el siglo VIII. De aquel periodo aún se conservan elementos tan valiosos como el aljibe subterráneo, que es un depósito para almacenar el agua, y el lienzo de muralla del sector sureste realizado con sillería granítica. En esa zona se abre una puerta con arco apuntada, que fue modificada hacia el siglo XIII.
Posteriormente, tras la conquista cristiana de Montánchez en el año 1156 se llevó a cabo la segunda fase de la construcción del castillo. Durante este periodo se elevaron los lienzos de la muralla y se introdujeron mejoras estéticas, como la incorporación de ventanas dobles y de medio punto, lo que sugiere que el castillo pudo haber servido como palacio señorial. Asimismo, se construyeron muros de mampostería. La edificación contaba con cuatro líneas defensivas en los extremos reforzadas por cubos, tambores, torres circulares, poligonales y cuadradas. Además, disponía de dos grandes entradas de acceso.
En el castillo se pueden apreciar y distinguir dos recintos: el recinto del interior consta de dos partes, la primera es la plaza de armas, que está formada por un patio rectangular rodeado de habitaciones, donde se encuentra la antigua Sala Capitular y la zona de la cocina, y en segundo lugar el patio homenaje, que es una planta cuadrada también rodeada de habitaciones en donde se encuentra la torre con el mismo nombre.
El recinto exterior está formado por lienzos y torres de planta poligonal conservando algunas almenas y al norte se encuentra otra puerta de arco apuntado.
Esta maravillosa fortaleza es de acceso libre y puede ser visitada por cualquier viajero, en cualquier momento. Se trata, además, de un fantástico mirador, desde el que podremos admirar las vistas de todo el entorno.

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