Dos tiempos muy distintos. Es el resumen de lo que le sucedió a Universidad de Chile ante Lanús, en la soledad del Estadio Nacional, por las semifinales de la Copa Sudamericana. Si el final de la primera mitad generó preocupación y desconcierto, lo sucedido en el segundo periodo le da más optimismo y coloca al equipo en otra posición de cara a una revancha que será compleja el próximo jueves, en Buenos Aires.

Estaba más o menos establecido que sería un encuentro con posturas distintas desde lo táctico y posicional. Así fue. Los azules asumieron el protagonismo desde el arranque, con la posesión como herramienta principal, ante un rival conocido por su orden y pragmatismo, cerrándose en su terreno para salir de contragolpe. Pero con dos periodos diametralmente opuestos. Gustavo Álvarez apo

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