No buscó ayuda. Simplemente tomó el balón, se movió como quien conoce cada grieta del piso, y convirtió lo que parecía imposible: una remontada que dejó a Orlando sin respuestas.
Los Magic, que hasta entonces habían controlado el ritmo con precisión quirúrgica, se desmoronaron en los últimos minutos. “Nos creíamos cómodos. Pero el balón no quiso caer, y ellos sí” , admitió uno de sus asistentes tras el pitido final. En el último cuarto, Orlando falló siete de sus 21 tiros de campo —incluyendo cinco triples seguidos— mientras Atlanta, sin Zaccharie Risacher y con Kristaps Porzingis ausente por enfermedad, encontró en la audacia de su base una chispa imposible de apagar.
Young no solo anotó los últimos cinco puntos de una racha de 15-0; los diseñó. Con pases cortos que desgarraban la

El Diario de Sonora

Raw Story
New York Magazine Intelligencer
The Daily Beast
TheFashionCentral
America News