Cuando se estudia con objetividad y descarnada sensibilidad lo que sucede en el medio político, sin ambigüedades y contradicciones, encontramos que al explorar su complejidad es necesario partir de incertidumbres no de certezas.

Finalmente frente al espejo aparecen las razones de cómo vamos, para donde y la forma en que se hace. Se reflexiona en el pasado y el presente que se tiene. Aparece en la identidad de quienes gobiernan, si el poder que se ostenta es legítimo y democrático. Si los ciudadanos están de acuerdo que el gobernante lo ha hecho bien o es fruto de lamentaciones.

Esos cuestionamientos determinan la aceptación o no del mandatario de turno, si se avanza social y estructuralmente en todos los sectores, o acaso las propuestas fueron desplazadas por equivocaciones que permiten

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