Tailandia llora a su última diosa coronada. Su Majestad la Reina Madre Sirikit Kitiyakara, símbolo absoluto de poder y resiliencia, falleció este viernes en Bangkok a los 93 años , cerrando el capítulo más majestuoso de la monarquía asiática contemporánea. Su figura - tan serena como imponente - sobrevivió a guerras, dictaduras o golpes de Estado sin perder autoridad ni fascinación popular.

Nacida el 12 de agosto de 1932 en el seno de una de las familias más distinguidas de Bangkok, Sirikit fue hija del príncipe Nakkhatra Mangkala y de Bua Kitiyakara. Creció en un entorno cosmopolita y culto que combinaba la educación europea con las convenciones palaciegas orientales. Estudió en internados de Londres y Suiza, donde aprendió inglés y francés y desarrolló su gusto por la música, especial

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