Nuestros antepasados jamás habrían imaginado que el primero teléfono, patentado en 1876, evolucionaría hasta los smartphones actuales. Ya no solo podemos oír una voz al otro lado, sino que hasta podemos ver a la persona en tiempo real en una videollamada y compartir infinidad de información, es decir, ciencia ficción para nuestros ancestros. Sin embargo, para muchas personas la voz susurrada a través de una llamada convencional sigue teniendo un encanto único .
Las aplicaciones de mensajería instantánea (WhatssApp, Telegram…) generan multitud de malentendidos por carecer de tono, es decir, porque con ellas se pierde (al menos por escrito) una gran parte de información. Esos matices solo los logra aplicar la voz humana.
De hecho, ninguna risa es tan contagiosa como la que esc

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