En Horizonte , César Augusto Acevedo no filma una historia: filma una herida, con la delicadeza de quien sabe que el dolor no se grita, se susurra. Esta película, que prolonga la poética iniciada en La tierra y la sombra , es un acto de fe en el poder del cine como ritual de duelo, como espacio donde lo íntimo y lo político se funden en una imagen.
Acevedo nos entrega un mundo suspendido, donde el tiempo parece detenido tras una catástrofe invisible. La madre (Paulina García) y el hijo (Claudio Cataño), son fantasmas que caminan entre ruinas de un mundo de lamentos, violencia, rencor y culpa: no buscan respuestas, buscan presencia. El padre desaparecido no es solo un hombre, es la metáfora de un país que ha perdido su centro, su memoria, su voz. En ese sentido, Horizonte no es una p

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