La guerra entre dos de los extorsionadores más temidos de Lima Norte no tenía límites. Erick Moreno Hernández, alias El Monstruo, y Adam Smith Lucano Cotrina, conocido como El Jorobado, no solo se disputaban el control de los cobros de cupos en obras y negocios: también llevaron su odio a un terreno personal.

Una transcripción de audio de 14 minutos, parte de la investigación fiscal, muestra hasta qué punto El Monstruo había puesto la mira en los sobrinos de su rival. El capo no solo los identificaba por nombre, sino que los convertía en objetivos directos de sus planes de venganza.

“Yo también tengo grupos que se llevan camionetas. Yo compadre me meto al seco, secuestro, a muchas cosas hermano, ¿me entiendes? Podemos ser amigos, yo te doy la fuerza para que saques del camino a los que s

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