Los perros tienen múltiples formas de comunicarse con los humanos , aunque muchas veces sus gestos se interpretan de manera incorrecta. Una de las confusiones más comunes es pensar que cuando un perro lame a su dueño lo hace únicamente por afect o. Sin embargo, ese gesto puede tener distintos significados dependiendo del contexto.

Lamer puede ser una manera de explorar el entorno, ya que los perros obtienen información a través del gusto y el olfato . También puede expresar sumisión, incomodidad o necesidad de atención. En otras ocasiones, es una forma de aliviar el estrés o calmar tensiones cuando perciben un ambiente agitado o una situación que los pone nerviosos.

Este comportamiento, lejos de ser siempre un signo de cariño , puede estar relacionado con el estado emocional del animal. Si el entorno es ruidoso, con gritos o movimientos bruscos, el perro puede comenzar a lamer a las personas cercanas como una forma de reducir la tensión o mostrar que algo le preocupa. En momentos de calma, en cambio, el mismo gesto puede tener un tono afectivo o de cercanía.

El contexto es clave para interpretar un lamido. No es lo mismo que un perro lama ocasionalmente que lo haga de manera insistente . En este último caso, podría ser una señal de nerviosismo o ansiedad. Este tipo de conductas se conocen como señales de apaciguamiento, utilizadas para intentar calmarse o evitar conflictos.

Los perros, aunque no utilizan palabras, poseen un lenguaje corporal complejo y preciso. Gestos como b ostezar, girar la cabeza, evitar la mirada directa o agachar las orejas comunican distintos estados de ánimo. Por ejemplo, un bostezo no siempre indica sueño; con frecuencia es una muestra de estrés o incomodidad. Lamerse el hocico repetidamente también puede reflejar nerviosism o.

Otros comportamientos, como sacudirse sin motivo aparente o agachar el cuerpo con las orejas hacia atrás, pueden expresar tensión o miedo. Comprender estas señales ayuda a mejorar la relación entre el perro y su cuidador, evitando malentendidos y promoviendo una convivencia más equilibrada.

Observar con atención y respetar el lenguaje corporal de los animales es fundamental para su bienestar. Entender lo que un perro intenta comunicar con sus gestos permite anticipar problemas, reducir su ansiedad y fortalecer el vínculo con él.