no buscó el foco, pero lo encontró igual: no por lo que hizo, sino por lo que otros proyectaron sobre él.

Las imágenes editadas, los comentarios descontextualizados, las miradas sostenidas un segundo más de lo normal —todo se convirtió en material para la narrativa colectiva. Los fans, con la precisión de un algoritmo, tejieron una historia donde él y Fabiola eran pareja, donde Carolina era el puente emocional, donde cada pausa entre tomas era un beso retrasado.

Pero en la vida real, sin música de fondo ni cortes de edición, las cosas no siempre tienen arco narrativo. “Nunca fuimos más que compañeras de set. Él es un amigo, punto.” La frase de Fabiola no fue una negación, sino una declaración de límites. Clara. Sin drama. Como quien cierra una puerta sin hacer ruido.

Capetillo, po

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