Era descorazonador observar sillas y pupitres llenos de barro en el devastado patio del IES Berenguer Dalmau de la localidad de Catarroja (Valencia). Sus alumnos vieron cómo la dana no sólo acababa con su instituto, también alteraba su vida normal, sus rutinas, el encuentro con compañeros y profesores, sus ganas de aprender. Tal fue la magnitud de la tragedia para este colegio, que su derribo comenzó el pasado mes de agosto. Y como él, otros cinco colegios más.

En total, fueron 115 los centros escolares que resultaron afectados por la trágica riada del 29 de octubre de 2024. Más de 48.000 alumnos que la dana dejó en sus casas esas primeras semanas sin poder acceder a las aulas donde acudían todos los días. El barro anegó colegios e institutos, dejó inoperativos hasta ocho edificios que,

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