A comienzos de este año, dicen en el Partido Republicano, José Antonio Kast y Arturo Squella se reunieron para tomar algunas definiciones cruciales para el proyecto político que buscan encabezar a partir de marzo de 2026 si los resultados de la próxima elección presidencial le son favorables.

Sobre la mesa estaba la posibilidad de que el timonel del Partido Republicano -uno de los hombres de mayor confianza de Kast- “se guardara” para asumir un cargo relevante en el gabinete si llegaban a La Moneda.

La idea seducía a Squella, pero Kast le tenía preparado otro desafío: competir por un escaño al Senado y convertirse en el articulador de los republicanos en el Congreso, ante la inminente salida del Parlamento de gran parte de los negociadores de las diferentes tiendas políticas y artífices

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