Si bien el gobierno incorporó un congelamiento de los salarios de los empleados públicos en el texto del erario, el ambiente electoral abre un escenario propicio para un reajuste generoso de las remuneraciones del sector. ¿El problema? No existen los recursos en el Tesoro Público que respalden un incremento que incorpore al menos la inflación, coinciden técnicos y parlamentarios. La Dipres se defiende y dice que el reajuste contará con un informe donde se precisará su financiamiento.

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