La violencia en el Catatumbo, Colombia, se intensifica con la declaración de guerra del Ejército de Liberación Nacional (ELN) a las Farc-EP. Andrey Avendaño, comandante del frente 33, ha afirmado que no tienen intención de detener el conflicto. En una reciente entrevista, Avendaño describió un ataque del ELN como "brutal" y "a traición", señalando que la confrontación ha afectado a las comunidades locales. "En el Catatumbo somos una familia. Gente en nuestras unidades tiene familia en el ELN", comentó Avendaño, subrayando la complejidad de la guerra en la región. A pesar de que el ELN ha tomado control de gran parte de la zona cocalera, que limita con Venezuela, Avendaño aseguró que su grupo no planea abandonar el territorio. El ELN se ha presentado como una fuerza capaz de resistir la presión del Gobierno de Estados Unidos, que recientemente llevó a cabo un "ataque cinético letal" contra un buque vinculado a este grupo guerrillero en el Pacífico. El Secretario de Guerra de EE.UU. lo calificó como "el Al Qaeda del hemisferio occidental". En la misma entrevista, Avendaño reflexionó sobre la falta de preparación de algunos guerrilleros de las Farc-EP, quienes se entregaron o abandonaron la lucha tras el ataque del 16 de enero. "Uno sentía pena ajena. No estábamos formados para eso, sino para defender a las comunidades del Catatumbo", dijo. El comandante también criticó la falta de convicción entre algunos miembros de las Farc-EP, quienes, tras enfrentar hambre y adversidades, optaron por dejar las armas. "El ELN mató a quienes, de una u otra manera, trabajaban con nosotros", agregó, refiriéndose a la violación de los códigos de guerra. La situación en el Catatumbo es compleja. Avendaño afirmó que el ELN controla entre el 80 y el 90 por ciento de la región, lo que dificulta cualquier intento de resolución del conflicto. La guerra parece estar lejos de terminar, con ambos grupos armados en una lucha constante por el control del territorio y la influencia en la población local.