Pittsburgh.- Durante 18 temporadas en Green Bay, Aaron Rodgers construyó una relación especial con los Packers, que los llevó a disfrutar los más grandes triunfos y a sobrellevar las peores decepciones. El domingo, sin embargo, tiene una sola encomienda: Ver a su antiguo equipo salir derrotado de Pittsburgh.
No es nada personal.
“Éste no es un partido de venganza para mí”, enfatizó el actual quarterback de los Steelers el miércoles. “Estoy emocionado de ver a algunos de esos muchachos”.
Sólo espera que no estén demasiado cerca. En especial Micah Parsons y el resto de una defensiva de Green Bay (4-1-1) que permite apenas 18 puntos en sus cuatro triunfos esta temporada y busca hilvanar su tercera victoria de la campaña.
Enfrente, Rodgers no tiene a un rival cualquiera.
A sus 41 años y e

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