Cada primer y último domingo de octubre, se festeja con mucha devoción la solemnidad parroquial de Nuestra Señora del Rosario de Curucay, patrona espiritual que desde tiempos ancestrales ha protegido la integridad de sus feligreses.

Más allá de las tradicionales celebraciones dominicales de octubre, esta fecha representa el día central para rendir homenaje a una advocación mariana profundamente arraigada en la historia venezolana.

La Virgen de Curucay, conocida como la "Virgen indígena" de Macarao, es símbolo de identidad local y testimonio vivo de la fusión entre las tradiciones indígenas y la evangelización colonial.

Cuenta la leyenda que hacia el año 1700 un aborigen, habitante de la zona, abundante en agricultura, cuando recolectaba alimentos, fue a tomar agua del purísimo río Guair

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