Dicen que el amor no muere… solo cambia de forma. Y quienes han perdido a sus mascotas lo saben mejor que nadie, porque se ama también a quienes dejaron huellas que no se borran, esas marcas invisibles que quedan en la rutina, en los silencios y en los rincones donde antes dormía un amigo peludo. En el Día de Muertos, ellos tienen un lugar.

Ellos se convierten en compañeros de vida, cómplices de días felices y refugio en los momentos difíciles. No son “solo animales”; son miembros de la familia que enseñan con gestos simples lo que significa amar sin condiciones.

Un altar para las mascotas que nos acompañaron

Cada año, el 27 de octubre, muchas personas preparan un pequeño altar o rincón de recuerdo para honrar a esas mascotas que ya partieron. Colocan una foto, su juguete favorito, su p

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