Las investigaciones sugieren que las ciudades de todo el mundo están luchando contra lluvias más fuertes que nunca, lo que provoca desagües desbordados y escorrentías contaminadas.

Pero en lugar de enviar cada gota directamente a tuberías subterráneas, los planificadores están empezando a recurrir a infraestructura verde, es decir, jardines de lluvia, bioswales, mini-humedales, para absorber, ralentizar y limpiar el agua donde cae.

Un nuevo estudio de la Universidad Estatal de Ohio ha revelado que este cambio es beneficioso en varios sentidos. En un estudio en Columbus, el informe reveló que los vecindarios que incorporaron características ecológicas experimentaron una menor cantidad de metales pesados que se vertían en los arroyos locales, así como una menor cantidad de caudal máx

See Full Page