La estocada llegó cuando más optimismo había.

Marcelo Ebrard se había reunido con sus pares, el estadounidense Howard Lutnick y el canadiense Maninder Sidhu, en los mejores términos.

Los tres representantes acordaron encaminar las pláticas hacia una renegociación de fondo y duradera del Tratado México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).

-Todas en beneficio mutuo -fue la máxima de principios de la semana pasada.

Pero de repente el presidente Donald Trump sembró las dudas con la suspensión del diálogo comercial con el gobierno de Ottawa y el primer ministro Mark Carney.

El propio Ebrard había dicho la víspera: con Washington se llevaba un avance de 90 por ciento sobre las sanciones impuestas a distintos productos mexicanos.

Con el otro socio no había, y no los hay, obstáculos porque la v

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