La obsesión por la productividad tóxica ha alcanzado niveles inéditos en la sociedad contemporánea, donde la presión por “aprovechar cada minuto” se ha convertido en una norma social y profesional. Este impulso constante por rendir más puede tener efectos devastadores.

Según un análisis de GQ, basado en las advertencias de Harvard Business Review , la productividad tóxica no solo mina el bienestar mental y físico , sino que también puede sabotear el éxito personal y profesional.

De acuerdo con la definición de Harvard Business Review , citada por GQ , la productividad tóxica se manifiesta como “ una compulsión de ser productivos en todo momento , a menudo a expensas de nuestro bienestar mental y físico, nuestras relaciones y nuestra calidad de vida en general”.

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