Cuando pensamos en Tarragona, la imagen más habitual es la de sus playas doradas, sus pueblos marineros y los chiringuitos frente al Mediterráneo. Sin embargo, más allá del mar y la costa, existe una provincia llena de contrastes que guarda un encanto distinto: su interior rural. Bosques, montañas, monasterios, pueblos medievales y viñedos componen un paisaje que invita a disfrutar del tiempo sin prisas, a reconectar con la naturaleza y a descubrir un patrimonio cultural de enorme valor.

El turismo de interior en Tarragona se ha convertido en una alternativa perfecta para quienes buscan tranquilidad, autenticidad y experiencias más sostenibles. Un territorio donde la historia, la gastronomía y la hospitalidad se mezclan con la calma de los pequeños pueblos y la belleza de los paisajes nat

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