La gran victoria del gobierno representa, ante todo, una gran derrota del kirchnerismo. Con este voto, Argentina se evitó tener al kirchnerismo de vuelta, que se iba a dedicar a desestabilizar, instalar energúmenos como Kicillof y presionar para liberar a la condenada Cristina Kirchner. Por otro lado, si ganaba el kirchnerismo iba a haber un descalabro económico internacional. El mundo está harto de los kirchneristas y todas las puertas de ayuda se iban a cerrar. El objetivo es terminar con el kirchnerismo y dejarlo reducido a una fuerza testimonial que ni incida en la política. El kirchnerismo es lo peor que le pasó a la Argentina y es lógico observar su decadencia con placer.

El Gobierno había perdido mucho tiempo en sus delirantes peleas internas, con la prensa, sus aliados y, lo peor

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